Por favor, Cupido, ¿podrías decirme qué te he hecho?
¿Por qué te has decidido a condenarme a noches frías y días solitarios y hacer de mi vida un laberinto y tener que elegir entre lo que quiero y lo que necesito? ¿Por qué, si sabes bien que lo que necesito es exactamente lo mismo que lo que quiero y que todo lo que quiero es a Él?
No hay comentarios:
Publicar un comentario